Un día normal

¡Cómo se nota cuando tu mente se va acostumbrando a un nuevo lugar! Inconscientemente comienzas a mostrar todas tus manias, a vaguear y a desmelenarte como cuando habitabas en tu antiguo hogar: tirarte en la cama cada dos por tres, cantar a gritos, bailar por la casa con la música a toda pastilla... esos pequeños lujos. Hoy, a pesar de no pasar a la historia como "ese día especial", estoy muy contenta. Esta mañana he salido a dar un paseo con la intención de que a La Chispa se le despejara un poco la cabeza (todavía sigue bastante mal con la partida de Sofía), y poco a poco ha salido el sol en la calle, así que nos hemos sentado en un banco a ver la gente pasar (el destino del desempleado). Para intentar animarnos hemos entrado en una "tienda erótica" que está muy simpática, para curiosear, fantasear.... ya se sabe. Y ya no he hecho mucho más: desde que llegué a mi casa hasta ahora he vagueado por toda la casa, por internet, por la tele, la radio... y que bien me ha sentado, ¡al fin! la comodidad de MI casa ha llegado a mi vida, lo que significa un pasito más en mi camino hacia la estabilidad. Siguiente paso: encontrar un trabajo (ya le tengo el ojo echado a varias ofertas).