Poco a poco

Siento como cada vez me va costando menos desprenderme de ésto, ir despojándome de esta rutina para seguir caminando. Me explico: hace menos de una semana decidí que me voy en un mes. Y no me voy a Málaga, o a Barcelona, ni siquiera a Madrid. Vuelvo a casa y no es Navidad ni voy de vacaciones. Vuelvo para quedarme. Creo que es lo mejor que puedo hacer, y sobre todo lo más sensato, porque me esperan un par de meses de estudio para presentarme a unas oposiciones. Parece que renuncio a la vida inconformista que siempre defiendo frente a los Conformistas de Barrio, parece que acepto la derrota en la lucha por vivir como me de la gana, lo más probable es que sólo me lo parezca a mi, un sentimiento parecido (me juego el cuello) al que sienten los Conformistas de Brighton. Claro que no quiero vivir como una conformista, pero para eso necesito financiación. Necesito tener una base mínimamente estable sobre la que construir mi vida y tener mis sueños, porque ya se sabe que solo se puede filosofar con el estómago lleno y aquí mis necesidades más básicas no están cubiertas ni de lejos. Al principio era algo que me compensaba: renunciar a un poco de nivel de vida a cambio de vida nueva y mutable. Pero ni la vida es nueva y hasta lo mutable se ha hecho rutinario, y yo sigo comiendo pasta y arroz y soñando con calamares fritos. Parece una tontería pero no lo es!! Necesito dormir sin tener que pensar que no puedo pagar el gas, la luz, la guagua....

Y necesito salir de aquí. Este micromundo ha terminado por distorsionar completamente mi visión de la realidad, siendo lo más importante lo más tonto y al revés. Vivimos en una especie de urna, un Gran Hermano en ciudad, donde siempre te encuentras a la misma gente, y haces las mismas cosas, tienes los mismos problemas y no sales de ese bucle. No puedes prosperar, la gente nueva está en un plano totalmente diferente al tuyo (de hecho no salen por los mismos sitios que tú, y cada vez es más difícil conocerlos), empiezas a magnificarlo todo del aburrimiento existencial que tienes y las conversaciones se terminan reduciendo a el poco dinero que tenemos; lo mucho que echamos de menos el sol y la comida; tal persona no me habla, la otra me quiere ¿o no?, aquel me ha mirado... pero tiene un hijo, al otro le gusto... pero tiene novia, el otro... el otro tiene una paja mental pero como me aburro le sigo dando bola al tema. Y no les engaño: bienvenidos a mi pequeño mundo. El último aliento de esta ciudad eran LosNiños pero hasta eso, Brighton en estado puro, loco y de moral distraida, se ha vuelto predecible. Como cuando ves el local en el que estuviste la otra noche sobria y a la luz del día.

Pero Brighton will always be amazing. Incluso cuando estás completamente decidida a dejarlo se te presenta de lo más amable y goloso, sutilmente, te pilla distraída. De repente los días aparecen soleados, los amigos aparecen por la calle y (oh! sorpresa!) se preocupan por ti, el niño (uno de los múltiples, todo por no aburrirme: si uno no me hace mucho caso tengo a otros de reserva) que te gusta juguetea, LosNiños tocan "Mary Anne"; como una tentación, Brighton se deja caer a tu paso, haciéndote recordar todos los momentos increíbles que hemos pasado juntos, como la cerveza que aparece por casualidad en el punto de mira de un ex-alcohólico. No quiere que te vayas, y utiliza sus artimañas. Recuerdos... tantos recuerdos... que hasta el hecho de sentarme en el escalón resbaladizo de siempre para esperar a Almu a la salida del trabajo hace que se me salten las lágrimas pensando que el mismo ya no me volverá a mojar el culo. ¿Qué decía? Ah, que siento como cada vez me va costando menos desprenderme de ésto...

Escuchando: Ticket to Ride, The Beatles