Una pequeña derrota, una nueva lección

No sé ni siquiera como empezar este post.. tengo tantas cosas que contar, y se me hace bastante difícil.. Bueno, empecemos por el principio.

Hace una semana estaba decidida a escribir un post sobre mi nueva visión de la vida, que se titularía "El Espejo". Acababa de llegar de ver a Matt actuar en un café teatro, llorando porque me sentía como una freak entre tanto virtuoso de las "artes y lo alternativo", y más que nada porque EL no me hacía caso, o así lo entendía yo, bien porque estaba actuando, bien porque estaba en la marabunta de gentes y yo, yo tuve muy poquito tiempo para verlo, lo justo para darle un besito y que se marchara corriendo a ver a su padre. De camino a mi casa, llorando como una magdalena, compre un par de cervezas que estaba decidida a beberme para emborracharme y yo que sé.. no sé exactamente lo que pretendía. Pero cuando llegué decidí tomarme un café y terminar de leer el libro en la que tan dolorosamente me había visto reflejada un día y el cual tuve el valor de retomar este mes: "De todo lo visible y lo invisible" (Lucía Etxebarría). Y cuando lo cerré, miré al techo y vi las cosas muy claras. Y me pude ver a mi misma como no me había visto antes.

Teoría del Espejo:

Que conste que esta teoría que he inventado tiene mucho de libro, conversaciones trasnochadoras y psicología barata. En ella me he definido a mi misma, y puede ser que la consideren una chorrada. En cualquier caso aquí la expongo:

Mi amiga Lolita, tan sabia ella, siempre me dice que a mí cualquier tío me deslumbra. Y ahora reconozco que tiene toda la razón del mundo, pero, para mi sorpresa, he descubierto que no son ellos los que me deslumbran, soy yo misma. Me explico: Llevo desde hace años (toda mi vida), arrastrando una falta de autoestima, que si no es brutal, al menos es bastante importante. Dicha falta es debido, creo entender, a que mi padre se fue con otra mujer cuando yo era bastante pequeña. No es que mi padre dejara a mi madre. Mi padre me dejó a MI por otra. Todas las atenciones que yo me llevaba, se las llevaba de repente otra mujer. Y esto es lo que ha hecho que haya proyectado esa necesidad de atención en mis parejas. Por lo que he vivido emparejada desde los 15 años. Y por lo que yo no he tenido ocasión de "descubrirme" a mi misma. Mis novios lo han hecho por mi (no sé si me explico).

Al no tener percepción de mi misma (y por ello tampoco opinión propia de misma y por lo tanto autoestima), siempre he buscado que, aún no sintiendo yo lo mismo, los tíos se enamoraran de mi para yo "verme" como me gustaría, como yo no puedo verme: guapa, segura de mi misma, inteligente, estupenda... Con lo cual, en las primeras semanas, días, horas.. yo ya estaba tan flipada con un tio al que yo le gustara porque, sin ser él el que me deslumbrara por su forma de ser, físico, bla bla; MI IMAGEN era la que me deslumbraba. Y al descubrir toda esta cadena, tengo el mayor poder para romperla: ahora que conozco el origen, conozco la solución a todas mis bajonas sin sentido (porque al fin y al cabo bajonas tenemos todos, no es que haya descubierto la fórmula de la felicidad) y frustraciones estúpidas: crearme una imagen, una percepción de mi misma que sea sólida, "llenar" ese recipiente casi vacío que soy, y que cada vez soy menos. Como escribe Lucía Etxebarría al final del libro: Estructura suficiente y completa.

Los hechos:

Como iba diciendo, hace una semana me terminé de leer un libro que, hace cinco años tuve que dejar porque no podía verme a mi misma de esa manera tan brutal y que hace un mes mi mejor amiga se trajo porque se lo estaba terminando de leer. Lo dejó aquí, y lo empecé yo.

El Martes, cuando salí de currar, Matt me estaba esperando para ir a tomar algo y así recuperar lo poco que habíamos estado juntos debido a que, por cosas de la vida, está ensayando un monólogo por el que justamente dejó su trabajo el día que me conoció. Parece que no era el mejor momento para echarse novia, y así se lo dije en varias ocasiones.

Estuvimos en el pub como siempre, hablando de todo un poco y riéndonos, y en un segundo, cuando el volvió de los servicios, todo había cambiado. Su ex, que se suponía que estaba en España, estaba allí, precisamente en el mismo pub. Y me puse nerviosa. Él pensó que era por su ex, pero yo le dije que eran señales, que nosotros no estábamos determinados a estar juntos. Él me replicó diciendo que no creía en las señales, que simplemente teníamos que poner un poco más de esfuerzo... y en menos de media hora de conversación, me confesó que sus sentimientos habían menguado, y que no podía seguir con esta relación. Me quedé muerta, no sabía como reaccionar. Cogí un taxi allí mismo, y en cuanto salió de la estación se me cayeron las lágrimas y miré al frente, para encontrame con la imagen de Matt llorando.

Nau me estaba esperando con los brazos abiertos y un café calentito. Después apareció Miprimo, fuente inagotable de consejos y entendimiento, y allí estuvimos filosofando hasta las 5 de la mañana. Pero a mi me seguía doliendo, incluso sabiendo que no estaba enamorada de él, comprendiendo que yo me había dejado "hacer", dejándome llevar por algo, "deslumbrándome" de la visión que él, el mejor tío que me encontrado en mi camino, había reflejado. No podía parar de llorar y de pensar que yo tenía algún tipo de tara que hacía que todos los tíos me abandonaran (cosa que no es cierta pues a mis dos únicas parejas las he dejado yo). Al final junté toda mi enredina de pensamientos y la puse en claro: mi falta de autoestima, mi demanda de atención, el verme sola en otro país, el haberme encontrado con mi viejo aliado (y mi gran problema) de nuevo: la comodidad y la seguridad que te da el tener pareja; habían hecho que yo viera en Matt algo que prometía mucho pero que no era.. No habían chispas, no había eso que yo siento que es algo así como que el corazón te da una vuelta de campana cuando lo ves.. pero había mucho cariño.

El destino, otra vez, se puso en marcha cuando, pasados los días, me di cuenta de que no tenía el cargador de mi ordenador, y como yo se lo había prestado a Matt para la obra.. bueno, tuve que mandarle un sms para que me lo devolviera. Y nos volvimos a ver.

Al principio fue un momento tenso..

"¿Cómo estás?"

"Bien, y tú?"

"Bien, bien..."

"Ah, el cargador.. ¿dónde lo habías dejado?"

"Estaba en mi cuarto.."

"Aaaahhh..."

.. Silencio..

"Matt, mmm"

"Si?"

"¿Te importa que nos sentemos un momento? Te quiero comentar un par de cosas"

Nos sentamos:

"Mira Matt, perdona por mi actitud del otro día"

"Para nada.. estuviste increiblemente calmada y madura" (Sí, claro, porque no me viste llorar como una magdalena)

"Bueno.. nada, que te quería decir una cosa.. que yo NO ESTOY ENAMORADA DE TI".

"Aaahh.."

"Pero que me pareces un tío increible y no quiero perderte.."

"Pero.."

"Déjame hablar, me refiero como amigo. Tenemos tantas cosas en común y la verdad es que nos reímos un montón juntos.. Y yo creo que yo me aferré a ti porque, como hemos hablado mil veces, yo no soy muy buena en mi vida en solitario y tú, pues bueno, yo creo que tú estabas desesperado por buscar una pareja de la que enamorarte.. y esa no soy yo"

"Fugi, eso es exactamente lo que pienso yo... (cara con ojos de plato) y además creo que este mes en el que voy a estar fuera nos va a venir muy bien para que se calmen las cosas y cuando vuelva podamos tener una relación de amigos, salir juntos a comer, a tomar algo.."

"Sí, sí, eso es lo que yo he pensado también"

Y de repente, estábamos bromeando como siempre, sobre mi cumpleaños, sobre su monólogo..

Nos levantamos para irnos y no sabíamos como despedirnos, me miraba sin saber que hacer (tiene una cara muy expresiva), y me dijo: "Ya sé que los ingleses no somos muy buenos en esto pero.. ¿un pequeño abrazo?", a lo que yo contesté: "Yes, please!!" y antes de que terminara la frase ya estábamos ahí, en medio de la estación casi llorando y estrujándonos mutuamente durante minutos. Nos despedimos con un "En tres semanas nos vemos" y "mucha suerte con el monólogo". Y me fui a casa sonriendo, orgullosa de mi misma por haber roto la rueda de frustraciones, por haber sido valiente..

Ahora que escribo ésto tengo un sentimiento muy raro, nunca había roto con tanto y me lo había tomado con tanta calma, con tanta aceptación. Lo echo mucho de menos, pero porque echo de menos su compañía, el contarle mis cosas, el reírnos juntos..; pero al mismo tiempo estoy tranquila, y sé que es lo mejor. Este bitter-sweet feeling que es tan extraño como el mundo en el que vivo ahora mismo, tan sola y con tanta gente nueva que me ayuda al mismo tiempo; tan extraño como yo misma, cuando convivo con mi antigua yo y mi nueva yo, con miedo y nostalgia a desprenderme de mis capas y con desesperante curiosidad por descubrirme a mi misma; tan extraño como perder un novio y ganar un amigo, y de paso, ganarte de nuevo.

¿Será el karma?:

El destino, el azar, o lo que sea que es a veces me deja perpleja.

La semana pasada llegó un amigo de Miprimo para quedarse un tiempo y ver si la ciudad le gustaba como para mudarse. Hemos conectado muy bien. Antonio es budista. Yo nunca he creido mucho en esas cosas, reencarnación, karma, no sé.. pero ya, después de todo lo que me ha pasado, ya es que me puedo creer cualquier cosa. Desde hace una semana en esta casa me llaman "La Iluminada" jejejeje. Los tengo locos.

Dicen que el karma es algo así como que haces lo que recibes, no como una venganza, si no para aprender, para aprender contínuamente. Yo no entiendo ni de budismo ni de karmas, pero oye, que si esto es así, yo creo que esto es karma.

Yo dejé a mi novio porque me di cuenta de que ya no sentía lo mismo por él (y quizá nunca lo había sentido), y sabía, aunque él no lo supiera, que el tampoco; estábamos viviendo una mentira. Ahora, por lo que tengo entendido le va muy bien, y dice que me da hasta las gracias.

Y ahora me han hecho lo mismo a mí, exactamente lo mismo pero en escala reducida. Creo que es la derrota más satisfactoria de mi vida.