Contradicciones

Mi vida está llena de contradicciones, empezando por mi misma que soy una contradicción andante (que forma tendría una contradicción? la mía seguro...). Intento ir de práctica y miro el horóscopo todas las noches, no quiero tener pareja y estoy deseando que algun tío se fije en mi para volver a sentir mariposas en el estómago, quiero vivir en Brighton y me encantaría tener un tren que me llevara directamente a Las Palmas a ver a mi gente, ¡incluso soy maestra de inglés y me las veo putas para hablar!, me avergüenza hasta decir que tengo la carrera...

Pero, saliendo fuera de mi cabeza en ebullición, mi vida me ha enseñado hoy que es posible estar feliz y al mismo tiempo estar hecha mierda. Y es que hoy, como sabréis ha sido mi primer día de trabajo, y todo me ha ido de puta madre: los compañeros son casi todos ingleses o extranjeros, lo que me permite mejorar mi inglés; el trabajo en sí está bastante bien; libro dos días a la semana; voy a cobrar bastante... por ahora, mejor imposible. Pero hoy, justo hoy que debería estar rebosando de alegría (si es que me dan hasta el almuerzo), estoy muy triste porque mi compañera y amiga de piso se va para España; La Chispa se va y me deja sin chispa, porque ella es así, imparable, fiestera y la alegría de la casa. Ella me ha devuelto mucha juventud y tontería perdida, ilusiones, la segunda edad del pavo... Por eso, hoy estoy triste y alegre a ratos, viendo como en su habitación, que es desde donde yo escribo, van desapareciendo las cosas y apareciendo las maletas, los bolsos, el vacío.

En estos momentos es cuando te das cuenta de que el mundo no gira alrededor tuyo, y que la gente viene y va, en sus diferentes órbitas en las que a veces coincidimos, aprendemos, mejoramos y seguimos nuestros caminos. Yo espero que se lo piense bien y se vuelva pronto para pegarnos muchas más fiestas y tener confidencias de proyectos, novietes o rolletes a las cuatro de la mañana, en definitiva, para reírnos de la vida y plantarle cara como solo ella sabe.